Nuevos hallazgos muestran que los tornados espaciales súper enormes alimentan a las auroras

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Si crees que los tornados en la Tierra dan miedo, los "tornados espaciales" recién encontrados suenan francamente horripilantes. Un nuevo hallazgo realizado por un grupo de cinco sondas espaciales: el THEMIS o Time History of Events e Macroscale Interactions durante las subtormentas muestra que los embudos eléctricos que abarcan un volumen tan grande como la Tierra producen corrientes eléctricas que exceden los 100,000 amperios. THEMIS registró el alcance y la potencia de estos embudos eléctricos a medida que las sondas los atravesaban durante su órbita terrestre. Las mediciones en tierra mostraron que los tornados espaciales canalizan la corriente eléctrica hacia la ionosfera para provocar auroras brillantes y coloridas en la Tierra.

Los tornados espaciales son plasmas rotativos de gas ionizado caliente que fluye a velocidades de más de un millón de millas por hora, mucho más rápido que los 200 m.p.h. vientos de tornados terrestres, según Andreas Keiling, físico investigador espacial de la Universidad de California, Laboratorio de Ciencias Espaciales de Berkeley.

Keiling trabaja en THEMIS, que fue construido y ahora es operado por UC Berkeley. Las cinco sondas espaciales fueron lanzadas por la NASA en febrero de 2007 para resolver un misterio de décadas sobre el origen de las tormentas magnéticas que alimentan las Luces del Norte y del Sur.

Los tornados terrestres y espaciales consisten en estructuras en forma de embudo. Los tornados espaciales, sin embargo, generan enormes cantidades de corrientes eléctricas dentro del embudo. Estas corrientes fluyen a lo largo de líneas de campo magnético retorcidas desde el espacio hacia la ionosfera, donde alimentan varios procesos, especialmente auroras brillantes como la aurora boreal, dijo Keiling.

Si bien estas intensas corrientes no causan ningún daño directo a los humanos, en el terreno pueden dañar estructuras hechas por el hombre, como los transformadores de potencia.

La nave espacial THEMIS observó estos tornados, o "vórtices de flujo", a una distancia de aproximadamente 40,000 millas de la Tierra. Las mediciones simultáneas realizadas por los observatorios terrestres THEMIS confirmaron la conexión de los tornados con la ionosfera.

Los colegas de Keiling incluyen Karl-Heinz Glassmeier del Instituto de Geofísica y Física Extraterrestre (IGEP, TU) en Braunschweig, Alemania, y Olaf Amm del Instituto Meteorológico de Finlandia.

Los hallazgos se presentaron hoy en la asamblea general de la Unión Europea de Geociencias (EGU) en Viena, Austria.

Fuente: EGU

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